Segunda colaboración con el blog del becario Alejandro. En estos tiempos de crisis en los que nadie da trabajo a nadie, es muy gratificante conceder "contratos de prácticas" para hacer de esta sociedad algo mejor. En esta ocasión, nos va a contar su experiencia-debut en la mítica Behobia-San Sebastián, en la que participamos juntos y también con mi familia. Aunque se ha extendido un poco en el plazo de entrega, está más que aprobado y volverá a escribir en un futuro.
Segunda entrada. Martín me vuelve
a encargar unas líneas, en esta ocasión Behobia-San Sebastián (B/SS).
ANTECEDENTES:
Esta carrera la conocí a través
de Martín y su familia hará un par de años. Me insistieron para que me apuntase
y como era de esperar se me paso la fecha. Una amiga, Marina, tenía un dorsal y
no iba a participar. Tres días antes de la carrera cambié la titularidad del
dorsal lo que me permitía participar.
Perfíl de la BSS |
Mi identidad durante la carrera |
COMIENZA LA AVENTURA, QUE NO LA
CARRERA.
El sábado partíamos desde Barbastro: Pepe, Blanca, el gran José María
y yo. Destino, San Sebastián.
El viaje se hizo ameno, a lo que contribuyó el espectacular paisaje
otoñal. Para comer ya estábamos en Pamplona, Martín, llegado desde Vitoria se
unía a la expedición. Tocaba comer y un restaurante con nombre “Casa Paco”
siempre es un valor seguro. No es una
franquicia pero todo núcleo habitado tiene uno. Alubias rojas y bacalao fue mi
menú. Cafecito en el tradicional café Iruña y para el coche. Donostia nos
esperaba.
Paisaje otoñal en Euskadi |
Alubias Casa Paco |
Primero a la feria del corredor, allí recogimos los dorsales. Este año
se celebró en el velódromo de Anoeta, para mí era indiferente, no conocía la
feria del Kursaal donde se había celebrado años atrás. El motivo, la gran
participación en esta edición.
De la feria al apartamento. Nos esperaban Patxi, Cristina y Ascen.
Recibimiento y trato ejemplar. Ascen fue la primera donostiarra que me dio
ánimos para la carrera y sin estar en el asfalto. Esto lo aprecié con el paso
de los días. Le entré por buen ojo y vio en mi “muchos galgos”. Entrañable
mujer.
Dejamos el equipaje y a cenar. Encontramos sin querer una de esas
tabernas que apetecen, “hay caldo”. Cinco caldos para templar los cuerpos, mesa
compartida y a disfrutar. Siguiendo los consejos de mi nutricionista acompañé
el caldo con un bocadillo de bonito, anchoas y guindillas. No pudo estar mejor.
Durante la cena comprobamos la hospitalidad, amabilidad, saber estar… llámalo
como quieras, que desprende una gran mayoría de la gente de Euskadi. Un par de
matrimonios del lugar fueron nuestros compañeros de mesa y casualidades de la
vida, uno de ellos había corrido las cuatro primeras ediciones de la Behobia.
Conversación y sidra para terminar la noche. De allí al apartamento.
Reparto de habitaciones,
preparativos para el día de la carrera y a descansar.
Martín y su cena de magras con jamón |
Caldos rescatadores |
Bocata de bonito, anchoas y guindillas |
LA CARRERA.
Antes de subir al tren con el Gran José María |
Torrijas y bizcocho de Ascen, un plátano y café para desayunar. A las
9:05 cogimos el tren que nos llevaría al barrio de Irún desde donde salía la
carrera, Behobia. Durante el trayecto se respiraba a réflex, nervios, anécdotas
de otros años y un sinfín de sensaciones que te llevaban hacia la línea de
salida. Nos recibieron con lluvia, que no paró en las dos horas de espera hasta
que llegó nuestra cuenta atrás. Nos quedamos con lo imprescindible, mochilas al
tráiler. Entre lo imprescindible, lo más valioso la bolsa de basura enorme que
nos “protegió” del agua. Frío y lluvia a raudales. La gente se protegía en las
esquinas, debajo de cualquier alero para esperar su hora.
Todo esta perfectamente organizado y cada corredor tiene asignada una salida
en relación al tiempo en el que espera terminar la prueba. 17 salidas
diferentes y todas iguales. Da igual si sales en el primer grupo o en el
último, esta es tu carrera.
El reloj se acercaba a las 11:35, era la nuestra. Bolsas fuera,
pulsaciones a cien. Te unes al grupo y llega el momento en el que cambias la
piel de gallina provocada por el frío por la piel de gallina que genera la
emoción. 3, 2, 1… a disfrutar.
Única foto "oficial" que tenemos en carrera |
Martín me acompañó en todo momento, hicimos la carrera juntos. Desde la
primera zancada te das cuenta que nada es como te esperabas, todo es mejor. Vas
rodeado de gente y crees que estas solo, el público que ahoga las cunetas te
hace sentir único. Los kilómetros pasan y tu no te das cuenta, cada paso es
diferente, avanzas distraído, absorto con lo que te rodea. No paras de chocar
manos, de escuchar tu nombre (o el de la que te ha dejado el dorsal) y así
hasta la meta. Allí nos esperaba el recibimiento de toda una ciudad volcada con
su carrera.
Con las medallas al finalizar en Donosti |
Pepe había llegado minutos antes y más tarde llegaron Blanca y José
María. Ellos ya son todos unos expertos pero al parecer no importa las veces
que la hayas corrido, siempre se vive como algo especial.
Vuelta al apartamento. Recogimos todo, nos despedimos de la familia y
a comer.
Recompensa en un bar cercano a meta |
Foto de equipo Behobia2012 |
Nos esperaba una sidrería o como allí dicen una sagardotegia. Tortilla de bacalao, bacalao y chuletón. De postre
carne membrillo con queso y nueces. Para beber sidra. Así terminó un gran fin
de semana.
Ha sido una experiencia que no voy a dejar de recomendar a todo aquel
que le pique el gusanillo de correr. Eso sí, no puedo garantizar que sea lo
mismo sin José María, Blanca, Pepe y Martín, la compañía lo ha sido todo.
Muchas gracias y hasta la próxima.
La otra Behobia2012 |
Chuletón |
Choricitos a la sidra y tortilla de bacalao |
Escanciando sidra |
Otro año más y mejor... |
Enhorabuena a todos por la carrera, y por saber disfrutarla en compañia, y muy especialmente a to Mar...Alejandro por tu relato
ResponderEliminarSensacional cronica gastronomica Marina, dan ganas de ir al año que viene.
ResponderEliminarGRAN CRONICA, SI SEÑOR, AUNANDO DEPORTE, TURISMO Y GASTRONOMIA....COMO DEBE SER!
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