Desde hace ya unos cuantos años, en esta casa agosto es sinónimo de Charanga El Pincho. Y como parece que cada vez tocamos mejor y gustamos más, cada año la faena aumenta considerablemente. Si el agosto de 2017 fue de locura, el del 2018 ha sido para pegarse un tiro con bolos en todos los horarios y pueblos posibles. Eso hace mis agostos sean meses más de cerveza en vaso de plástico que de vino en copa de cristal. Pero aun así, he conseguido sacar algún ratito para tomar cosas ricas...
O LUAR DO SIL 2017. Godello 100%. Pago de los Capellanes. DO Valdeorras (España)

Dicen de él que es un vino blanco "vivo, fresco, limpio y sincero". En mi botella vivo estaba, tenía "chispa" y una acidez jugosa. Fresco también, te llenaba la boca de aromas y sensaciones chulas. Limpio a tope, un bonito color que resaltaba todavía más por las características de la botella. Y sincero ya pues no sé... esto me cuesta más verlo.
Fue el vino que elegimos con Judith un domingo por la tarde para nuestra primera vez haciendo pasta fresca y casera. Con una receta muy simple de huevo y harina, hicimos nuestros propios tallarines mientras nos íbamos bebiendo este gran Godello. Ya no recuerdo bien si quedó algo para la cena de después, lo mismo se terminó la botella mientras cocinábamos...

Pertenece a la AOC Cheverny, una pequeña zona localizada entre las ciudades de Tours y Órleans que no es ni de lejos de las más conocidas de esta región. Sin embargo, el vino está muy correcto tratándose de una gama básica. Como no sé muy bien qué más decir de él, diré que estaba bien rico, que lo tomamos en la terraza muy a gusto y que le hice una foto floreada bien colorida.
VENUS LA UNIVERSAL 2014. Carinyena, Garnacha, Syrah. Venus la Universal. DO Montsant (España)

Y en este caso, es el hijo René el que ha montado su propio proyecto en el Montsant con su mujer Sara Pérez, también enóloga y también hija de otro ilustre enólogo del Priorat. Cosas del destino. La bodega se llama igual que el vino y la verdad que lo que elabora es caro pero está muy bueno. En este caso, compré la botella en la tienda de Clos Mogador por 33€ al terminar la visita y no me arrepiento para nada. ¡Vaya cosa tan rica!
Este vino tiene algo que tienen los grandes vinos y que se nota enseguida que detrás tiene la mano de alguien que controla y que tiene mucha experiencia. Jugoso, envolvente, equilibrado, largo. ¡Bravo por Sara! ¡Bravo por René!
¡Saludos, litros y kilómetros desde Barbastro!
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