sábado, 6 de octubre de 2018

MEDIO MARAT... 10K DE BARBASTRO 2018

Siempre he pregonado que mientras tuviera salud y disponibilidad para correr la Media Maratón Ruta del Vino Somontano lo haría sí o sí. De momento llevaba 9 años seguidos haciéndolo mejor o peor y este 2018 iba a ser el décimo. Para alguien tan friki de los números como yo, era muy importante eso de llegar hasta el 10 de manera ininterrumpida. Pero no ha podido ser...

Bueno, sí que hubiera podido ser pero no me he atrevido. Disponibilidad tenía y salud también. Pero ganas no. Si se me permite la expresión (y se me permite porque el blog es mío y ahora prácticamente solo lo leo yo), puede que haya tocado fondo como corredor popular. Años atrás corría medias, enteras, montañas, valles y algún que otro desierto. ¡Ahora no corro ni detrás del autobús!

Me sigue gustando, pero no tengo tantas ganas como antes aunque sé que volveré a retomarlo más pronto que tarde. El hueco de correr ahora lo lleno con la natación, el vino, la música y la lectura. Hobbies igualmente lícitos aunque, leídos así del tirón, parecen más propios de un aristócrata inglés que de mí. 

Si a las pocas ganas que arrastro le sumas las muchas horas de trabajo de la vendimia que, para terminar de ayudar, se junta de lleno con esta bonita carrera... la combinación es demoledora. Semanas atrás del pistoletazo de salida estuve barruntando si correrla o no. Había un día que quería, al siguiente no, al otro sí, después no... ¡y todo más que nada por llegar a la décima como si fuera Carlo Ancelotti!

La noche de antes aun me acosté con ganas de despertar y zamparme a paso burra los 21 kilómetros que unen la ida y vuelta de Barbastro a Pozán de Vero. Pero dos horas antes de empezar, a eso de las 8 de la mañana y dado que estaba ayudando al montaje de la carrera por la zona de salida, me apunté en la hoja de las incidencias y me cambié "in extremis" al 10K. Mi novia se quedó tranquila, mi madre también y yo el que más. 



Por tanto, en lugar de llegar hasta Pozán llegué a Bodega Pirineos y me di la vuelta. Tiempo en meta: 47min11seg para completar el 10K. Contento, todo lo rápido que podía y sin presión. Al final, me di cuenta de que la decisión fue acertada y que no me dio tanta envidia como pensaba ver llegar a los participantes de la media. Supongo que eso es buena señal aunque, aquí me comprometo por escrito... el año que viene llegaré de nuevo a Pozán sí o sí. Dicho queda. 

¡Saludos, litros y kilómetros desde Barbastro!

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