El pasado domingo, el CAB volvió a reescribir la historia de Barbastro con un nuevo éxito. Esta vez con fines solidarios, recaudando 1.350 euros para la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), lo que todavía le da más valor. En resumidas cuentas, se logró que 600 mujeres de 12 a 82 años salieran a la calle con la misma camiseta para recorrer 4 kilómetros: andando o corriendo. Un auténtico homenaje a la salud y al buen rollo que se clausuró con sesiones multitudinarias de batuka, zumba y yoga. Aunque a los hombres no nos dejaban participar, doy las gracias y la enhorabuena a la organización. porque fue un verdadero lujo poder verlo y animar "desde la barrera"...
Lógicamente, no tendría ningún sentido que yo escribiera un resumen de esto porque debe hacerlo una mujer, ya que han sido ellas las protagonistas. Nos lo debe contar alguien que haya participado. Por eso, en las oficinas centrales de Nieblaprieta S.L., los de Recursos Humanos han hecho un casting para fichar una Becaria y firmar así nuestro tercer contrato de colaboración bloguera.
Entre las posibles candidatas, no ha habido duda de cuál elegir aunque luego me acusen de "barrer para casa". Es barbastrense, en ocasiones ha llegado a correr hasta 8,5 kilómetros del tirón, vamos en la misma cuadrilla de amigos desde los 12 años y desde hace algo menos...también es mi novia. Por eso, no hay duda de que es una de las mujeres con las que más tiempo paso y la que más feliz me hace. Ya ha aparecido antes por el blog pero siempre en fotos, nunca como redactora becaria. Se llama Judith, lució el dorsal 234 y así es como ella vivió la I Carrera de las Mujeres de Barbastro:
"Lo primero de todo, me gustaría avisar de que la
experiencia que os voy a contar no es como las que acostumbráis a leer. No hay un
recorrido de 21, 42 o como los más osados, de más de 50 km. Tampoco hay barro,
ni lluvia, ni por el contrario, un calor extremo…casi desértico.
Os voy a narrar mi experiencia en la I Carrera de las Mujeres
de Barbastro, celebrada el pasado domingo 10 de marzo a favor de la lucha
contra el cáncer. Para situaros un poco, os diré que suelo ir a correr de vez
en cuando, pero tampoco diría que es mi mayor afición. Es cierto que cada vez
lo disfruto más y que día a día voy superándome, quizás es por eso que me gusta,
pero no tengo tanta afición como muchos de vosotros…
Mi historia empieza el día que Martín me comentó que iban a
hacer esta carrera. El problema fue que, cuando me enteré, ya no había plazas. A
los días volvieron a abrir las inscripciones sabiendo que había mucha gente interesada
en apuntarse. Tras confirmar que dos amigas mías también se iban a apuntar, me
inscribí. La verdad es que no disfruto mucho las carreras, pero por buenas
causas hay que arrimar el hombro.
El domingo empezó con un buen desayuno: vaso de café con
leche, tostadita con jamón serrano y un plátano, como los atletas… ;) Salí a la
calle, y ya desde mi casa se empezaba a ver multitud de mujeres con la camiseta
rosa que nos había dado la organización. Cuanto más te acercabas, más y más
gente. Pero lo más impresionante fue llegar al Coso, donde empezaba la carrera. Había una marea rosa con mujeres de todas las edades y condición física, y
todas con un mismo objetivo: colaborar con la causa. Esperando en la salida, se
respiraba un buen ambiente: vuvuzelas, pañuelos rosas e impaciencia porque
empezara todo y de repente “Piiiiiiii”...comienza la carrera.
Bajar por el Coso fue increíble, muchísima gente corriendo
pero más todavía animando. Todo iba bien hasta que llegó una subida, no muy
pronunciada pero sí bastante larga. Los últimos 20 metros los hice andando,
porque notaba que iba muy acelerada, y mi objetivo principal era disfrutarlo,
sin sufrir. No fui la única que tuve que hacer un descanso allí, pero entre
todas nos animábamos, lo duro ya estaba hecho. Llegamos a una parte del
recorrido que sinceramente, me mató la cabeza: calle a la izquierda, calle a la
derecha, calle a la izquierda y otra vez a la derecha… se me hizo muy largo,
hasta que vi al fondo la rotonda que nos sacaba ya de esa parte. La hice como
un torero que da la vuelta al ruedo.
Ya después de eso empecé a ir mejor, todavía más cuando vi a mi madre que había salido a animar…es incondicional. Allí
me junté con una chica y decidimos ir juntas porque más o menos íbamos al mismo
ritmo, y parece que acompañadas se lleva mejor. En la última recta, estaba
Martín con su cámara de fotos inmortalizando mi cara de sufrimiento,
“¡Sonríe!”. Ya de nuevo en el Coso y visualizando la meta, me sentía orgullosa
de mi misma. Cansada, pero orgullosa. Fue cruzar el arco y darme un par de
golpecitos en la espalda, “Bien Judith, bien”.
Resultado final: 4km en 25 minutos, no está mal. Tras fotos
con las amigas y con Blanca, tocaba bailar un poco. 20 minutos de
Batuka y otros 20 de Zumba. No tantas mujeres como en la carrera, pero muchas
bailando y pasándoselo bien. Después había una clase de yoga para terminar bien
relajaditas, pero yo marché ya a casa, con un poco de frio y pensando en mi
ducha.
Resumiendo, una experiencia muy buena. Por un lado, orgullosa
de mi misma por lo que conseguí y por otro, orgullosa de mi pueblo. Por su
enorme participación, por su buen ambiente y por el apoyo mostrado por todos,
tanto por las mujeres que corríamos como por las personas que fueron a animar.
Para terminar, me gustaría decir que admiro a todas y cada
una de esas personas que sin importarles el tiempo que haga, salen todos los
días a correr. Aquellos que se comprometen consigo mismos, y que sin medallas
saben que son unos campeones. Y sobre todo, comentar que no entiendo a los
que buscan subidas para entrenar, carreras extremas donde el frio es horrible o
el calor asfixiante. No os entiendo pero os admiro."
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OTROS RESÚMENES
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Diario del Alto Aragón (11-3-2013) |
Diario del Alto Aragón (11-3-2013) |
Magnífica crónica Judtith, gracias por tus palabras y me alegro que esto sirva para engancharte, Muy bueno Martín!
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